lunes, 30 de mayo de 2011

Perra de tres :) Parte 2 [Fantasía]

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Por lo general como tres veces al día, serían las 7 u 8 cuando me quedé sola, sin haber comido ni bebido nada desde la noche anterior, me sentía agotada, horrible, como una perra abandonada, el sol se había metido, y yo casi desnuda sentía el frío en cada parte de mi cuerpo, el plátano macho se encontraba cómodo dentro de mi, no saldría si yo no quería, sin embargo no me exité ni me importó el frío, me sentía tan mal, la cabeza comensaba a doler, la sensasión de mi estómago lleno pero a causa de un plátano ensartado en mi culo y no por haber ingerido nada, simplemente caí dormida en el piso, como si hubiera sido sólo un parpadeo desperté quizá de la peor forma en que lo he hecho en toda mi vida, era un frío que cortaba como agujas, Rogelio, apuntándome con una manguera y tapando parte de la boca para que el agua saliera con buena presión, burlándose de mi, yo, sin recuperar la conciencia por completo quise salir del alcance del agua; un dolor en mi cuello, mi señor Rogelio había enrrollado mi correa de tal manera que no podía moverme lo suficiente para salir, sólo podía escucharlo burlarse de mi, y gritarme que era una perra sucia y necesitaba un baño, después de un rato me dejó de mojar, pude ver que venía él sólo, sacó de sus pantalones un jabón casi nuevo, lo mojó un poco y comenzó a hacer espuma con él, se acercó, yo no intenté moverme, él comenzó a pasar el jabón por mi espalda, la verdad se sentía bien, y comencé a pensar, por qué no traté de beber un poco de agua, sentía mis labios húmedos pero no iba a beber, me daba miedo, pasó el jabón por mis pechos, debajo de mi brasier, pero no duró mucho ahí, se fué a mis axilas, donde hizo mucha espuma con mis feos bellos que ocultan mi realidad femenina, me frotaba con tan cariño que me sentí amada a pesar de todo, me quitó los guantes para que me lavara yo misma el pene, respetó la regla, que no me gusta que nadie lo toque, lo hice rápido pero bien, le devolví el jabón y el siguió con mis piernas, mis pantorrillas, saltó a mi cuello y bajó poco a poco por mi espalda hasta mis nalgas, donde con suavidad me dijo, sáca el plátano, te lo recibo, lo saqué en unos segundos que se me hicieron tan largos, el placer de tener mi ano estirado mientras el tallaba mis nalgas; cuando salió me dijo, "a pero que perra tan sucia te quedó el culo lleno de banana", yo sonreí cuando pasó el jabón por entre mis nalgas acariciando la entrada de mi culo, con suavidad empujaba una esquina (ya suave por el uso) del jabón, como si quisiera meter el jabón dentro de mí, yo disfrutaba demasiado, cuando depronto comenzó a empujar con mas fuerza el jabón, estaba casi nuevo pero pude sentirlo entrar dentro de mi poco a poco, hasta estar completamente dentro, era una sensasión diferente, mi culo empujaba involuntariamente, queriendo sacar el jabón, él, con sus dedos dentro de mi se dió cuenta, y me dijo "mas te vale que no lo saques, te voy a quitar esos feos pelos", sacó un rastrillo y lo hizo, no puse mucha atención al proceso ni pensé lo que diría cuando alguien se diera cuenta, solo apretaba para no dejar salir el jabón, terminó rápido y de nuevo con la manguera, ni siquiera sentí el frío del agua, mi cuerpo estaba tan caliente con ese intruso dentro de mi; después me gritó "sácalo", salió como disparado de mi ano, él, complacido siguió mojándome las nalgas y metiendome sus dedos como lavando mi agujerito. Me dió una nalgada que ardió como el demonio pues estaba mojada, gemí con gesto de placer, él sonrió y se fué.

Poco a poco mi cuerpo se fué enfriando pues ahora nada había dentro de mi para mantener mi temperatura, me hice bolita y traté de dormir, despertaba seguido pues el frío de mi tanga y sujetador mojados me hacía sufrir, serían las 5 o 6 de la mañana cuando regresaron Israel y Rogelio, a preguntarme si tenía sed, asentí con la mirada al piso, cuando vi un chorro de leche caer delante de mi, no sabía si querrían que la lamiera del piso, cuando miré hacia ellos, tenían algo como una jeringa cada uno, bastante gruesas, llenas de leche, Rogelio jalándome del cabello con fuerza, moviéndome como un trapo me dejó mirando hacia la pared, con el culo hacia ellos, no supe quien fue el encargado, que introdujo la parte delgada del instumento en mi colita, y fué rellenándome poco a poco mientras me preguntaba si la sed se me había quitado, era leche fría, una sensasión diferente que me exitaba, cuando me sentí llena me permitieron hacer pipí la leche jiji, luego la otra jeringa, pero esta vez era leche tibia, era increible lo que estaba sintiendo, estaban consintiendo mi culito, casi olvidé que tenía sed, hasta que al sacar esa leche me lo preguntaron, yo asentí de nuevo, Israel me dijo, bueno ahora si te vamos a dar de beber pero te toca trabajar por tu agüita, sacarla, se sacó la verga y me dijo, "empiézale pues pendeja o no tienes sed?", me abalancé lo más rápido que pude sobre su verga y con desesperación comencé a chupar, a succionar, a acariciarselo con la lengua, lo succionaba y me exitaba escucharlo gozar de ello, yo apachurré su verga con mis labios, y como me permitió mi cuello comencé a simular masturbarlo, ansiaba su semen como no lo había hecho antes, lo escuché disfrutarlo unos momentos, pero luego decirle a Rogelio, "Mira esta pendeja siente que se merece mi leche", rieron y me la sacó de la boca, arrimó un plato con el que se alimenta a las perras, (como yo), y tiró la leche que estaba ahí, luego, comenzó a orinar ahí, yo miraba cuando tenía la gran verga de Rogelio tan cerca de mis labios que por puro reflejo abrí la boca, la metió hasta donde cupo, una gran parte de ella quedó fuera, me tomó por la nuca y comenzó a meter y sacar su verga de mi boca, estaba teniendo sexo conmigo, pero en lugar de usar mi culo usaba mi boca para su placer, me gustó antes de que lo comenzara a hacer con mas fuerza, yo sentía que me ahogaba con ese gran trozo de carne, me exitaba cada vez más, cuando me tapó la nariz con su mano y siguió, cogiéndome por la boca, él estaba perdiéndose cada vez más, me empujaba poco a poco hasta que mi cabeza quedó contra la pared, cada que su verga entraba en mí, me daba un golpecito contra la pared, él dejó mi nariz pero recargado en la pared seguía con el movimiento, yo sin pensar me fuí como acostando pues sentía que me ahogaba, él me decía "eso, eso, ahí te quiero", yo terminé acostada y él en la posición tradicional para el sexo, sólo que no era un agujero común el que era penetrado por su gruesa verga, era mi boca mientras mi cabeza en el suelo, yo sólo podía hacer un sonido extraño y con mis manos tratar de empujar sus pesadas piernas hacia arriba, sin lograr nada, en lo que sentí como una eternidad, Israel al final preguntó reclamando, si me iba a dar leche, Rogelio se paró de inmediato dejándome con el antojo de semen, orinó en el platito, pero demasiado, me acercaron el plato en el que de inmediato sumergí mi lengua, intentando beber como una perra, pero cada lengüetazo me llevaba poco de ese delicioso líquido, combinado con una poca de leche, orines y líquido preeyaculatorio, lo gozaba pero me desesperaba, cuando Israel me quitó los guantes y me permitió beberlo como una persona, tomé el plato y de un trago bebí ese elíxir tan delicioso que sentí que volaba, al terminar de beberlo simplemente se fueron.

Yo me quedé dormida, con demasiada hambre pero aún con el deseo de ser penetrada por el ano, desperté en la camioneta de Rodrigo, desnuda y él llevándome a mi casa, no hablamos, quizá el sabía cuanto lo disfrute, sería el medio día, pero abrió la puerta de la camioneta a unos 50 metros de mi casa, me dió las llaves y me bajó, si había gente en la calle, no miré, solo corrí a mi casa y entré lo más rápido que pude, entrando y sin más, me tiré en la cama desnuda, con tierra de aquel patio, y una nota en la cama que decía "Nos vemos la semana que viene Perra".

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